QUBBA DE ACCESO AL PRIMER RECINTO AMURALLADO DEL CASTILLO DE ÁLORA

 

Su entrada en recodo es característica de la arquitectura militar musulmana. Su elemento arquitectónico más singular consiste en su puerta monumental con arco de herradura apuntado.  

La acción del tiempo dañó gravemente su parte superior. Presentaba un comprometido problema de estabilidad estructural en su tercio superior, con pérdida casi completa de la bóveda que la cubría, dejando al descubierto la fábrica de tapial y los paramentos interiores. Se generaron una serie de patologías en evolución que precisaron una actuación de emergencia. Se buscó estabilizar estructuralmente, consolidar y frenar el progresivo deterioro de la qubba de acceso.

Se desconoce con exactitud la altura original de la torre y se ha perdido casi por completo el frente que contiene el acceso al patio de armas, por lo que establecer una hipótesis sobre su morfología a efectos de una restauración completa resulta aventurado y no era el objeto de este trabajo.

Se optó por establecer una cota mínima de actuación, en función de la geometría general de la torre y del perfil de la bóveda interior, a partir de la cual quedaban garantizados tanto su futura restauración. Sobre esta cota se planteó un zunchado perimetral como losa de hormigón que además sirve como cubierta de protección y actúa por gravedad sobre la fábrica de la torre.

En la esquina suroeste, en que se carece de un apoyo claro por pérdida de gran parte de la fábrica, se resolvió éste mediante un pilar de hormigón blanco abujardado exento, respecto de la base de la torre, permitiendo actuar libremente en todo su perímetro. La reversibilidad de la intervención planteada se basa en la posibilidad de desmontaje futuro, tanto del pilar, como de la losa por elevación de manera independiente.

La actuación pretende una protección global de la torre y del arco, y a su vez favorecer una lectura nítida de la historia del monumento enriquecido por el hallazgo que significa el nuevo juego de macizos y vacíos.